- 25 julio, 2024
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Mayo Zambada y la “narcopolítica”
Calumniando
La sorpresiva entrega-detención del líder de mayor antigüedad y respeto de cartel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada García, por autoridades estadounidenses, está poniendo a temblar a toda la narcopolítica mexicana, ya que, en un suspiro, una carrera podría deshacerse.
Con aproximadamente 40 años dentro del narcotráfico, “El MZ” cuenta con los nombres, direcciones, cuentas de Banco y a lo mejor videograbaciones y audios, de todos aquellos políticos que lo ayudaron a consolidar el imperio del cartel de Sinaloa.
¿Cuántos serán los presidentes de la república, senadores, diputados federales, gobernadores, diputados locales, regidores, policías, militares y demás que tocaron a la puerta de “El Mayo” para que su sombra los cobijara?
En esta jugada de ajedrez, el único que gana es “El Quinto Mes”, “El Padrino”, “Don Ismael”, como lo conocían sus cercanos.
Habrá que esperar el proceso judicial, para escuchar que declara Zambada García ante un Juez y un jurado estadounidense.
Y en especifico, los detalles que brindará de los “narcopolíticos” mexicanos, y las reacciones de estos.
Y aquí ninguno estará exento, tanto políticos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), como del Partido Acción Nacional (PAN), sin dejar de mencionar a los de Morena, tendrán que rendir cuentas a la sociedad mexicana.
Cerca de 40 años al frente de un cartel, “El Mayo” alguna información y recuerdos tendrá sobre México y sus políticos.
Y en este contexto, ¿En Baja California, algún político estará temblando por el arresto de Ismael
“El Mayo” Zambada?
¿Desde cuándo operan las células de“El Mayo” Zambada, sin ser molestados en Baja California?
Excelentes interrogantes, esperemos que próximamente haya respuestas.
El Mayo en Mexicali
Corría la década de los años noventa, cuando Ismael “El Mayo” Zambada tuvo una mayor presencia en la capital del Baja California.
Se movía sigilosamente por la ciudad, como un felino al cazar.
Sin grandes, ni tumultuosas escoltas.
Una persona sencilla, discreta y callada. Sin escáldalos.
Nada de cinto piteado, escuadra fajada o alhajas. Muy discreto el hombre.
Le gustaba acudir a los dos mejores restaurantes de comida china de la capital.
Lo podías ver, con camisa polo, color oscuro, negro o azul, y su pantalón de mezclilla.
Una gorra deportiva para despistar al enemigo.
Ocasionalmente, acudía a comer con su familia.
Se mostraba como un hombre muy respetuoso.
Con botas.
Solamente, utilizaba el sombrero para reuniones especiales. Para citas de trabajo.
Así como mantuvo su presencia en Mexicali, de un día para otro, desapareció, y ya no se le volvió a ver tan frecuentemente en la capital de Estado.
En ocho palabras: Entre el Mando Único, y el tsunami “MZ”